Hablemos del sonado tema de la brecha entre los países desarrollados y aquellos en vías de desarrollo, entre los cuales no existe uniformidad a nivel informativo ni tecnológico.
Según estudios realizados 10 años atrás, los países desarrollados invierten mucho más en investigaciones tecnológicas que el resto de los países. Esto marca una notable desventaja para el resto de los países quienes no cuentan con los recursos suficientes para actualizar sus sistemas y modos de trabajo. La sociedad se vuelve dependiente de las tecnologías extranjeras y de su amplia gama de artículos innovadores que vuelven la vida individual y conjunta más fácil, llevando la comunicación al nivel óptimo de la era.
La incapacidad de dichos países para suplir sus necesidades tecnológicas-comunicacionales crea un círculo vicioso de oferta-demanda consumista y derrochante. La falta de inversión en este rubro alimenta dicho círculo
En el marco de la economía mundial, los países en vías de desarrollo invierten un 16% de la inversión total mundial en cuestión de investigación tecnológica, tomando en cuenta que dichos países representan el 78% de la población mundial. En contraste con el 22% de la población, que representa a los países desarrollados, los cuales invierten un 84% del total en la misma materia (Solimano, 2002).
Esto se ve reflejado en el acceso a la información de los pobladores de los países no desarrollados, hablando de México por ejemplo, del cual sólo el 7 % de la población posee una computadora (INEGI, 2000). Dato alarmante, considerando las exigencias de la sociedad actual y descartando con esto el acceso a la información que corre en las vías libres del internet, dejando a nuestro pueblo a oscuras en un mundo rodeado de luces, perdiendo día con día más y más terreno en la batalla informática y cultural.
De acuerdo con el informe mundial “Midiendo a la sociedad de la información”, dado a conocer en el foro de la Unión internacional de las Telecomunicaciones, México presenta indicadores poco satisfactorios comparados con Chile, cuyo desempeño en infraestructura, usos de tecnologías e impacto en el desarrollo económico y social es el más alto del conjunto latinoamericano (Meneses, 2010).
En México no existen políticas públicas o legislativas para disminuir la diferencia abismal en el nivel de digitalización y de comunicación que existe comparado a los países desarrollados. Uno de los más grandes obstáculos de la sociedad de la información es la brecha que existe entre los dichos países con altos niveles tecnológicos y los que se mantienen al margen de éste nuevo mundo. La Asociación Mexicana de la Industria de Tecnologías de la Información propuso elevar a nivel constitucional el derecho al acceso a la sociedad de la información para todos y cada uno de los ciudadanos mexicanos; como propuesta de solución a dicha brecha digital, puesto como objetivo el año 2015 (Mejía, 2010).
El lado positivista tiene más fuerza actualmente, aún los grandes opositores están conscientes de la necesidad de muchos de las tecnologías, hemos vivido así demasiado tiempo, estamos acoplados, no será tan fácil desprendernos de lo que nos ha simplificado la labor humana y ha entretenido nuestro ocio durante tanto tiempo. Muchos críticos han denunciado esto como un intento remasterizado del imperialismo cultural, ejercido desde los sectores ricos hacia los pobres generando una dependencia tecnológica.
El reto de la sociedad es darle un uso correcto a este tipo de herramientas, circulando conocimiento aprovechando la facilidad de su distribución, no limitándose a sitios establecidos en internet, sino también en web-blogs y video-blogs con el propósito de mantenerse informados, actualizarse, innovar, investigar y generar conocimiento.
“El concepto pluralista de sociedades del conocimiento va más allá de la sociedad de la información ya que apunta a transformaciones sociales, culturales y económicas en apoyo al desarrollo sustentable. Los pilares de las sociedades del conocimiento son el acceso a la información para todos, la libertad de expresión y la diversidad lingüística.” UNESCO.
Es la versión de la que nos lleva a reflexionar una vez más en la utilidad y valor que se puede dar a éste tipo de tecnologías llevado más allá por una línea de pensamiento sustentado en valores universales.
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