Cuentos cortos
“De todo hay en la viña del señor” dicen por ahí.
Pues no es la excepción en las obras literarias.
Yo llamo a los cuentos cortos “obras en un segundo” expresan mucho y poco a la vez, pueden ser profundas o perversas, casi siempre con una gran moraleja, ya sea oculta o bien visible .
Los cuentos cortos son historias que narran de alguna forma el querer, el saber o el desear del escritor, o tal vez solo sea un sueño «guajiro» que paso por un momento frente a sus ojos, tal vez fue una imagen bizarra que afloro en una mañana de invierno, no se. El caso es que son una genialidad, al que no es lector común agradan mucho, por sus pocas palabras y mucho significado, y llama la atención al instante del que se vive leyendo lo que encuentra y goza de una buena tarde de lectura. Monterroso es uno de los grandes expositores de esta forma de escritura.
Cuentos Cortos de Augusto Monterroso
Nace en Tegucigalpa Honduras, Se traslada a Guatemala, y luego establece su vivienda en México. Fallece el 7 de Febrero del 2003 (¡¿por qué los grandes mueren?!)
Conocido por sus relatos breves e Híper-breves Monterroso es catalogado (al menos por mí) como uno de los mejores cuentistas cortos de la historia, por su alto contenido de cultura, aunque aparentemente sencillo, con un magistral y casi fantástico uso de la parodia, la caricatura y el humor negro.
Una de sus obras más reconocidas (y de mis favoritas) es la siguiente:
Cuento: La oveja negra
En un lejano país existió hace muchos años una Oveja negra.
Fue fusilada.
Un siglo después, el rebaño arrepentido le levantó una estatua ecuestre que quedó muy bien en el parque.
Así, en lo sucesivo, cada vez que aparecían ovejas negras eran rápidamente pasadas por las armas para que las futuras generaciones de ovejas comunes y corrientes pudieran ejercitarse también en la escultura.
(¡Ouch!)
Vemos aquí claramente que ¡Monterroso iba en nuestra línea de pensamiento! jeje
(En cierta forma)
Cuento: Caballo imaginando a Dios
«A pesar de lo que digan, la idea de un cielo habitado por Caballos y presidido por un Dios con figura equina repugna al buen gusto y a la lógica más elemental, razonaba los otros días el caballo.
Todo el mundo sabe -continuaba en su razonamiento- que si los Caballos fuéramos capaces de imaginar a Dios lo imaginaríamos en forma de Jinete.»
Cuento: El dinosaurio
Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí.
Cuentos Cortos de Gabriel Jiménez Eman
Nacido en 1950 en Caracas, Venezuela.
También considerado uno de los mayores expositores del microrrelato, ensayista, traductor, antólogo, articulista, y gran narrador y poeta.
Su primer cuento: “Los dientes de Raquel” (1973)
Pero quiero compartirles algunos otros que son preferidos.
Cuento: Inundación
Una mañana, la mujer de Tesalio lo despertó para decirle:
–Mi amor. Estamos inundados.
–No importa– respondió Tesalio entre dientes, dando vueltas en la cama y sin poder abrir los ojos. –Sacamos el agua y asunto arreglado.
–Es imposible– replicó ella. –Estamos en el mar.
–Ah, entiendo– dijo Tesalio sin abrir los ojos.
Y se ahogaron.
Cuento: Pequeño cielo
Cuando muera, no quiero ir a un cielo grande, de extensión inmensa y promesas cumplidas. No me engaño al saber que lo merezco: he sido bueno, he sacrificado mi vida por los demás y nunca he hecho mal a nadie, ni siquiera por olvido u omisión. He sido fiel a mi mujer y he creído en el Señor hoy, antes y después, por encima de todo creo en el Señor Todopoderoso, y que alguno de mi familia ha de seguirme.
Por todo ello, pido cuando muera ir a un cielo pequeño, privado, donde vuelva a encontrarme con mi padre y mi madre y ver cómo ellos se besan y aman, y entonces yo vuelva a estar en el vientre de mi madre, chupando con fruición el pequeño cielo de mi dedo pulgar.
Cuento: La brevedad
Me convenzo ahora de que la brevedad es una entelequia cuando leo una línea y me parece más larga que mi propia vida, y cuando después leo una novela y me parece más breve que la muerte.
Cuento: El hombre invisible
Aquel hombre era invisible, pero nadie se percató de ello. (Ajajá este me encanta…)
Cuento: Homenaje a Monterroso
Cuando el Tiranosaurio-Rex despertó, el dinosaurio ya no estaba ahí.
Bien pues eso es solo una muestra de lo que los cuentos cortos pueden ser, existen muchos otros escritores buenísimos de este tipo que podrías leer y decir “Dios… Que profundo…” o un simple y sencillo “OK”, si quieren mas… ¡Busquen en cualquier biblioteca o librería! Ya… Si no quieren salir de casa… (Silbidos)… Usen la sacrosanta Internet.
Bien
Cuentos Cortos de Julio Cortázar
Escritor argentino de cuentas y novelas que se caracterizan por borrar las fronteras entre realidad y ficción.
Nace en 1914 en Bruselas, capital de Bélgica y muere en 1984
Cuento: El diario a diario
Un señor toma el tranvía después de comprar el diario y ponérselo bajo el brazo. Media hora más tarde desciende con el mismo diario bajo el mismo brazo.
Pero ya no es el mismo diario, ahora es un montón de hojas impresas que el señor abandona en un banco de plaza.
Apenas queda solo en el banco, el montón de hojas impresas se convierte otra vez en un diario, hasta que un muchacho lo ve, lo lee y lo deja convertido en un montón de hojas impresas.
Apenas queda solo en el banco, el montón de hojas impresas se convierte otra vez en un diario, hasta que una anciano lo encuentra, lo lee y lo deja convertido en un montón de hojas impresas. Luego se lo lleva a su casa y en el camino lo usa para empaquetar medio kilo de acelgas, que es para lo que sirven los diarios después de estas excitantes metamorfosis.
Cuentos Cortos de Francisco Tario
Cuento: Poco Singular
El sueño en sí tuvo poco de singular, desde luego: que le robaban unos prismáticos, el traje de jugar golf y la boquilla de ámbar. Lo que sí ofrece ya cierto interés es que al recorrer la casa, a la mañana siguiente, pudo comprobar con desconsuelo que en efecto se los habían robado.
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